miércoles, 20 de noviembre de 2013

Insumisión

Me prometí, al iniciar este diario, no hacer autobombo. Hablar de mis cosas, sí -de lo que veía, de lo que sentía, de lo que pensaba-, pero no de mis creaciones, que han de encontrar por sí solas su camino, es decir, sus lectores. Quizá sea demasiado duro conmigo mismo -o más bien con ellas-, pero es así como lo siento: me parece inelegante contaminar la confesión con la publicidad. Sin embargo, en esta entrada voy a hacer una excepción, aunque breve, porque cuando las cosas son más interesantes es cuando pueden desmentirse, contradecirse, desvirtuarse. La excepción no solo pone a prueba a la norma -que es la traducción correcta del célebre dicho: no la confirma, sino que la somete a escrutinio: constata su validez-, sino que le hace bien: la permea de humanidad. Así pues, lo diré ya: los próximos 27 de noviembre y 2 de diciembre presentaré mi último poemario, Insumisión, en Barcelona y Madrid, respectivamente. El 27 será en La Central del Raval, y el 2 en La Central de Callao, en ambos casos a las siete de la tarde. Dos excelentes amigos y poetas, Jesús Aguado y José Antonio Llera, me acompañarán en las presentaciones, y a ellos va, en primer lugar, mi agradecimiento. La verdad es que me disgustan las presentaciones, o, mejor, me dan pereza, fatiga, como dicen los andaluces: suponen un compromiso para el autor y otro, mayor todavía, para los asistentes, cautivos, en muchos casos, de su amistad, parentesco, profesión, relación laboral o, simplemente, vecindad con el escritor. Así son las cosas: el público, digamos, libre, meramente interesado por la obra que se expone, no existe, o apenas. Por eso incurro hoy en esta contradicción: para dirigirme al que pueda haber ahí, en la intemperie de silicio a que esta comunicación informática nos somete, y para que pueda asistir a mis lecturas, si lo desea. No despotricaré de las presentaciones, a pesar de esas formas eucarísticas que, sobre todo en las de poesía, las convierten en acontecimientos soporíferos. Reconozco que son una herramienta más para vivificar la presencia de los libros en los estantes de las librerías -una presencia casi siempre fugaz, vulnerable- y, quizá, para conseguir alguna venta más, heroica, para la editorial. Las acepto, pues, como se aceptan la mayoría de las críticas que recaen en nuestros libros: endebles, sesgadas, a veces ineptas, casi siempre inútiles. En consecuencia, pasaré por ellas con la esperanza de que mi intervención no sea demasiado aburrida -intentaré transmitir algo del entusiasmo que pretendo contagie el libro; solo el entusiasmo derrota al tedio- y con la alegría, acaso la única, de ver a viejos amigos, y hasta de hacer alguno nuevo. Si viene alguien, desde luego.

6 comentarios:

  1. Para mí Insumisión es uno de tus mejores libros, marca -sin duda- un hito importante en tu trayectoria y experimenta de manera constante con lo referencial-civil-político-cotidiano sin atisbo alguno de "experimentalismo". Es ejemplar en cuanto a la hibridación y consigue lo que muchos de nosotros estábamos buscando en la escritura, una aproximación a la realidad con un tratamiento estético fuerte e innovador, capaz de dar testimonio de lo que está sucediendo.

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  2. Gracias, querido Óscar. Nos vemos muy pronto, ¿verdad?

    Un gran abrazo.

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  3. ¿Me contradigo? Pues bien, me contradigo!!

    Ojalá haya muchas excepciones como esta!!

    "Me sé viendo: me soy viendo"

    Veo un Quevedo!!

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  4. Querida Amelia:

    Veo que sigues, como yo, con Whitman. Suelo citar ese hermoso verso de la contradicción, que está en Hojas de hierba, cuando quiero justificar mis propias incoherencias, que son muchas. Que lo reúnas con uno mío, de Insumisión, es un placer imprevisto, que te agradezco de corazón. Gracias, otra vez, por estar ahí.

    Y más besos.

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  5. Si hay algo que nunca aburre es escucharte a ti, Eduardo. Te lo digo como lo siento. Tu libro es lo mejor que he leído de poesía en los últimos tiempos y me alegro un montón de tener la oportunidad de volver a verte y escucharte de nuevo. Bienvenido ese "autobombo" porque si no, no nos hubiésemos enterado. Gracias y un beso grande.

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    1. Gracias también a ti, querida Isabel, por tus palabras y tu amistad. Para la presentación en Madrid pensaba enviaros a los amigos, en cualquier caso, una notificación específica. Con esta entrada apuntaba, sobre todo, a los desconocidos que lean este blog y residan allí. Pero está muy bien que lo sepas. Si por fin puedes venir, será un placer darte físicamente el beso virtual que ahora te mando.

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